Murder of LGBTQ Activist Renews Venezuela’s Human Rights Debate

Giniveth Soto y Migdely Miranda en el acto de entrega de firmas a la AN por el matrimonio igualitario. Fotografía tomada del blog Un Pobre Peatón.

 Migdely Miranda and Giniveth Soto (right) turning in signatures to the National Assembly for marriage equality. Photo taken from the blog, Un Pobre Peatón [A Poor Pedestrian].

All links are in Spanish. 

LGBTQ rights defenders are mourning Giniveth Soto, a Venezuelan gender-equality activist murdered earlier this week. According to unofficial sources, a carjacker shot and killed Soto in Caracas, after she refused to surrender her car. 

The right to marriage equality in Venezuela was one of Soto's most important campaign. Despite advancements on this issue in neighboring countries, same-sex couples in Venezuela are not permitted to marry. This didn't stop Soto, who in 2013 married her partner, Migdely Miranda. Venezuela's government, however, refused to recognize the ceremony and contested the parenthood of Soto's son, Salvador, who was conceived using artificial insemination.

Soto's murder has launched at least two major, nationwide public debates: urban violence and threats same-sex couples face in Venezuela.

The Un Pobre Peatón (A Poor Pedestrian) recently addressed both these issues:

En medio del robo del vehículo que usaba para hacer carreras de taxi y mantener a su familia, un delincuente le disparó y acabó con su vida (…) Todo el dolor que significa una pérdida tan trágica como ésta, parece haberse vuelto parte de la cotidianidad de Venezuela. Un país que luego de 13 Ministrxs del Interior y mas de 20 planes de “seguridad” se mantiene en los primeros lugares de muertes violentas en el mundo con decenas de miles de víctimas cada año. Aquí da la sensación de que todxs tenemos un número en la fila y estamos esperando que nos toque el turno.

Venezuela's refusal to recognize gay married couples makes death a political issue, too:

Como si fuese poco el riesgo al que estamos expuestxs todxs lxs venezolanxs de ser víctimas de la violencia y la impunidad, las personas LGBTI de Venezuela y nuestras familias también debemos enfrentarnos a la falta de protección legal. Luego del doloroso asesinato de su madre, el pequeño Salvador de apenas 3 meses de nacido ha quedado en situación de vulnerabilidad. Ni él ni su madre Migdely tienen el derecho de heredar los bienes que Gini deja en Venezuela, ni de recibir pensión de sobreviviente de corresponderle. Migdely no tenía derecho a decidir sobre los restos de su esposa, la persona a la que amaba y con la que soñaba pasar el resto de su vida.

In a similar tone, lawyer and activist Tamara Adrián mused online: 

The Civil Association for Equality in Venezuela has also weighed in, urging citizens to seek justice in this tragedy, which the group calls “a crime that afflicts the foundation of the fight for equality.”

El esclarecimiento del asesinato de nuestra valiente e imparable activista es urgente, no puede quedar impune un crimen y más aún si se trata de un crimen que aflige dolorosamente las bases de la lucha por la reivindicación de derechos de la población sexodiversa venezolana. Es imperante hacer justicia, pero además es neurálgico fortalecer nuestros poderes públicos para garantizar el efectivo ejercicio del derecho a la vida en libertad y equidad, sin discriminación ni estigmas basados en prejuicios atávicos judeo-cristianos, sin violencia psicológica y moral a consecuencia de una cultura heterosexista, machista y sexista…

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